Inicié mi andadura profesional en el campo del periodismo, a pesar de todo una de las profesiones más maravillosas del mundo. Me llevó a ello un irresistible sentimiento de curiosidad y el afán de contar historias, de vivir vidas ajenas. Cultivé la entrevista y el reportaje, dos géneros que me permitieron observar la realidad a través de otros ojos. Llegado el momento, di un salto al otro lado y aterricé en el sector de la comunicación gracias a Atrevia (antes Inforpress).
Viajo siempre que puedo, una afición que –como el periodismo y la comunicación- me ha proporcionado una visión global de la realidad, además de depararme un sinfín de sorpresas.
Como periodista fui testigo de muchas crisis, como comunicador aún más. El afán por conocer y los avatares de mi profesión me han llevado a Washington DC, la ciudad de Homeland o House of Cards, donde realidad y ficción se entremezclan. La capital política del mundo, escenario del Watergate, del affaire Lewinski y de tantos otros escándalos que han hecho que la palabra crisis no asuste ya a casi nadie.